Industria

Industria

Nota: Véase una extensa descripción de la industria en Canadá.

El conjunto de actividades productivas que el hombre realiza de modo organizado con la ayuda de máquinas y herramientas se denomina industria. Dentro de esta amplia definición cabe considerar las tareas más diversas, con particularidades diferentes en los distintos lugares y épocas.

Desde el punto de vista económico, el sector industrial realiza la transformación de las materias primas en todos los ámbitos de la producción económica.

Introducción
En la evolución económica de las naciones se registra generalmente un flujo de la población activa desde el llamado sector primario, constituido por la agricultura, la pesca y la ganadería, hacia las actividades industriales y los servicios.

La industria actúa como motor de las demás ramas de la economía y da lugar a que, en los países de renta per cápita más elevada, su función proporcional presente mayor importancia en relación con la producción global de riqueza.

Conceptos generales
La palabra industria procede del vocablo latino «industria» y significa «maña, habilidad o artificio para hacer una cosa»; también suele tomarse en el sentido de un «conjunto de operaciones que sirven para la obtención, transformación o transporte de uno o varios productos naturales».

Sin embargo, el concepto tiene un sentido más concreto en la ciencia económica. En economía se viene distinguiendo el saber microeconómico por un lado, que se refiere al estudio de la actividad económica de las unidades de consumo, con su representación más genuina en la familia, y las del saber macroeconómico por otro: las de producción, con su representación más exacta en la empresa, así como de sus relaciones.

La macroeconomía se refiere a la actividad y a las relaciones económicas entre unidades más amplias que resultan de la agregación de aquéllas. Aparte de las unidades económicas privadas, y de las públicas constituidas por el Estado, que al poseer necesidades de carácter económico a las que atiende con los medios adecuados, realiza una actividad económica, existe, y por encima de ellas, la unidad económica de carácter social o economía nacional, que las integra y comprende a todas. Esta unidad, considerada como tal, y la actividad que realiza, constituye el objeto de la economía política de contenido claramente macroeconómico.

Puede darse ahora mayor concreción al concepto industria. Si su significación etimológica se centra en la susceptibilidad del sujeto para hacer una «cosa» e incluso al acto de realizarla, su significación económica es más precisa. Se utiliza utiliza el vocablo industria en el sentido de conjunto de empresas que elaboran, cada una de ellas, el mismo producto y, en este sentido, al estudiar el equilibrio de la industria. Es decir, que el término se refiere al quehacer propio de la empresa y que cuando varias de esas unidades «hacen» o «fabrican» el mismo producto forman una industria, como la del automóvil o la de productos farmaceúticos, dentro de un determinado marco geográfico.

Bajo el punto de vista de la economía nacional, el concepto puede ser enfocado desde el punto de vista macroeconómico. También aquí industria equivale a transformación.

Siguiendo el orden de los bienes se llega a encontrar algunos que no son producidos por ningunos otros, es decir, que son irreductibles. Entre éstos se encuentran las prestaciones del hombre, que surgen de su capacidad de trabajo y las fuerzas naturales, o tierra, que proporcionan al hombre los productos naturales para la satisfacción de sus necesidades.

Cualquier intento por parte del hombre de aplicar su trabajo a la naturaleza para adecuar esos bienes a la satisfacción de sus necesidades da lugar a la realización de una actividad económica.

Las empresas, al coordinar racionalmente el trabajo del hombre con el capital, o factor derivado, en la consecución de un producto realizará una «industria». Si en una economía se distinguen la agricultura y los servicios de la industria, a ésta corresponde la actividad transformadora necesaria para que los bienes primarios se hagan consumibles por el sujeto o unidad económica de consumo.

Dimensiones
En las etapas actuales de crecimiento económico que han alcanzado los países más adelantados, la actividad industrial se realiza en la gran empresa. La importancia de la gran industria se debe a varios factores, entre los que destacan el número de trabajadores que emplean, el volumen de producción que elabora y de capital que utiliza.

La influencia de estas grandes empresas industriales es muy grande y se extiende más allá de las fronteras del país donde radican y afectan a otras economías, desarrolladas o no.

Estas «grandes unidades interterritoriales», en la terminología de M. Byé, ejercen un dominio en los mercados internacionales de ciertos productos industriales, como en el caso del petróleo, el algodón, etc. En su origen y en su desarrollo aparecen tres procesos bien diferenciados: la concentración, la absorción de otras empresas o la fusión, y la diversificación.

La concentración se caracteriza, en el caso de la horizontal, porque la empresa, que desarrolla su actividad dentro de un mismo estadio de la producción, reúne mano de obra y capital cada vez más importantes, mientras continúa dedicada a la misma actividad. En la concentración vertical, según define De Rousiers, se da «la reunión», bajo una misma dirección de establecimientos industriales que se complementan los unos a los otros, de tal manera que el producto de uno es la materia prima del otro.

También existen otras formas por las que estas grandes empresas aparecen. La gran empresa puede nacer por la absorción de una o varias empresas por parte de otra, o de la fusión de varias empresas con el fin de crear una empresa nueva. Actualmente se da también lo que R. Barré denomina la «diversificación de las empresas» o «integración complementaria» (R. Barré, Economía política, 1, Barcelona 1964, 329), y que consiste en el control de la producción o de la venta de un número, más o menos grande, de productos diferentes. La diversificación por lanzamiento de nuevos productos es la más frecuente y depende del estado en que se encuentre la investigación industrial y, por supuesto, del deseo innovador característico de las empresas dinámicas.

Sin embargo, en los países de economía libre tienen una gran importancia las empresas de dimensiones más modestas. Puede afirmarse que cualquier intento de desarrollo socioeconómico debe de dar una ponderación adecuada a las empresas medianas y pequeñas. La relación de estas unidades con la gran industria es de complementariedad. Ambas categorías de empresas constituyen, en los países industrializados, un conjunto coordinado que imprime gran dinamismo a la economía e intensifica el grado de competencia.

Organización
Si se admite la existencia de un sistema económico de sector doble, en el que coexisten el público y el privado, se dan alternativas de gran interés. Puede el sector público ajustarse, como un particular, a las reglas del mercado efectuándose, en este supuesto, un acoplamiento armónico de las industria privadas y de aquél a través del mercado. Esta organización, más o menos espontánea, es distinta cuando el sector público obedece a unas normas diferentes a las del privado. En este caso se trata de una forma de organización centralizada.

Las formas de intervención del Estado se pueden distinguir de la manera siguiente: El intervencionismo liberal, en la que el sector público realiza su acción sobre el marco institucional de la economía para restablecer las condiciones de competencia del mercado y el mantenimiento de la estabilidad. La planificación flexible se caracteriza porque el Estado influencia las magnitudes globales estratégicas, como el consumo, la inversión, etc., pero deja que, lográndose esas cifras globales, las empresas organicen por sí mismas su actividad dentro del marco industrial.

En la planificación parcial se da una conjunción de los dos sectores en la cual el sector público se sitúa en una posición orientadora del sector privado. Por fin, la intervención del Estado en la organización de la actividad económica e industrial de un país llega al sistema de planificación integral e imperativa en la que el sector público es el que dictamina qué debe producirse, cómo hay que producirlo y para quién hay que producir.

La evolución contemporánea de los tipos de organización de la industria ha seguido la línea, en las economías descentralizadas, de realizar determinados programas, a medio y largo plazo, o planes indicativos, distintos de los «imperativos» propios de las economías socialistas.

La refinación del petróleo es un proceso que incluye el fraccionamiento y transformaciones químicas del petróleo para producir derivados comercializables. Sus productos principales son naftas, querosenos, gas oils, diesel y fuel oil.
Localización
El problema de la localización industrial es muy complejo. La existencia de empresas similares a la que se está proyectando, como las de otras diferentes, son elementos de influencia al decidir sobre el emplazamiento de su industria, en cuanto rivalizan, en el uso de la mano de obra disponible, en la utilización de los recursos energéticos, de las materias primas, la renta per cápita del país (y su traducción en los salarios que van a cobrar los trabajadores), etc.

La localización ha llevado, algunas veces, a un problema de concentración de industria análogas en una misma región. Este fenómeno, aparte de elevar el coeficiente de industrialización de esas áreas, puede plantear serios inconvenientes en épocas de crisis, al desaparecer todas las oportunidades de empleo a la vez y para trabajadores igualmente cualificados. Da lugar, por otro lado, a la aparición de áreas deprimidas, con lo cual es misión de la autoridad económica facilitar la expansión económica y social de esos espacios a través de una política económica adecuada.

Otro aspecto que debe ser destacado, una vez comentado el problema locacional, es el que se refiere a la clasificación de las industrias desde el punto de vista de su localización. Los economistas anglosajones han efectuado una división en la que se distinguen cuatro tipos de industria: En primer lugar, las actividades denominadas extractivas, que consisten en la explotación directa de los recursos disponibles (minería). Por otra parte, se tienen las industrias vinculadas a las extractivas, como sucede en el caso de ciertas transformaciones de productos agrícolas o las primeras fases de elaboración metalúrgica. Aparecen, en tercer lugar, las industria independientes de la anterior vinculación, las cuales se localizan con arreglo a otros criterios, buscando la mano de obra más adecuada y todas aquellas ventajas que más puedan influir en la programación económica de la empresa. Por último, existen las industria «atraídas» por los consumidores, a las que conviene una proximidad, en el espacio, de los centros a los que abastecen. Las industrias extractivas se encuentran, en definitiva, atraídas por las materias primas; las atraídas por el consumidor están orientadas hacia el mercado.

Nacimiento y evolución de la industria
Ya en tiempos prehistóricos, el hombre elaboró sus utensilios y armas mediante la transformación de los materiales de que disponía, como el sílex y más tarde los metales. Conforme avanzó la civilización, la especialización en el trabajo se vio incrementada y se originó un grupo social, los artesanos, que se encargaban de producir los artículos y materiales demandados por la sociedad, como cerámica, telas, armas, etc.

A finales de la Edad Media, los artesanos de las florecientes ciudades europeas se agruparon en gremios, en los que se establecían distintas categorías de aprendices, oficiales y maestros, transmitiéndose los conocimientos de padres a hijos en muchas ocasiones.

Sin embargo, la productividad de los talleres no era muy alta, pues era necesario realizar la mayor parte del trabajo manualmente, y sólo en unas pocas actividades era posible disponer de la fuerza de bestias de carga, de saltos de agua o del viento para mover rudimentarias máquinas como los molinos.

En este precario grado de evolución de la industria, tuvo especial relevancia la invención de la máquina de vapor que, justamente atribuida al británico James Watt, fue la consecuencia de otros estudios de máquinas como los del también británico Thomas Newcomen, inventor de la bomba de agua (impulsada por vapor), o los del francés Denis Papin, quien analizó la fuerza elástica del vapor de agua. Este avance permitiría aprovechar la fuerza mecánica generada y sería el fundamento de las industrias naval y del ferrocarril.

Considerada la industria genéricamente como la fabricación de bienes con medios mecánicos, la primera modernización de tal actividad se produjo en la Gran Bretaña con la Revolución Industrial de las últimas décadas del siglo XVIII. En ella, una serie de logros técnicos, como la lanzadera rápida de telar, en la industria textil, replantearon las bases sobre las que se asentaba este sector de la economía.

En el siglo XIX comenzó también en el Reino Unido un proceso de industrialización que se basaba en la mejora de los aceros con los que se construían gran número y variedad de máquinas. Pronto se extendió el proceso por Europa y los Estados Unidos de América, que comenzaron a producir artículos manufacturados industrialmente.

Una de las tradicionales fuentes de producción, la industria armamentista, experimentó un gran auge en todos los países a raíz de la I Guerra Mundial (1914-1918) y supuso la renovación de la infraestructura de la industria metalúrgica dados los ingentes volúmenes de producción que era necesario alcanzar.

La década de 1920 trajo consigo una intensa industrialización de Europa, los Estados Unidos de América y Japón, países en los que aumentó en gran medida la productividad laboral al extenderse a varias actividades la mecanización y, sobre todo, la electrificación de las fábricas.

Desde el punto de vista de la organización y de los métodos empleados, el trabajo se sistematizó principalmente en las grandes cadenas de montaje, establecidas por vez primera en la industria automovilística por el estadounidense Henry Ford.

En esta época ya se había alcanzado la estructura industrial del moderno sector secundario (tal es la denominación que en el ámbito económico recibe la industria frente al sector primario, la agricultura, y el terciario, de servicios). Así, se solía recurrir a formas de financiación renovadas y se extendían las sociedades anónimas y otras sociedades de capital. Asimismo, se tendía con frecuencia a la conformación de grandes complejos industriales que permitían regular y controlar la producción y las relaciones entre las distintas ramas que en ella participaban.

En el período de entreguerras, ya se habían situado a la cabeza de la industria mundial países como los Estados Unidos de América, Alemania y Japón. La II Guerra Mundial (1939-1945), devastadora contienda que anuló la actividad de extensas zonas industriales, supuso no obstante un gran perfeccionamiento de la investigación y la tecnología que permitieron a países como los dos últimos mencionados resurgir después de su derrota.

El crecimiento se mantuvo persistente desde la década de 1950 hasta convertir al sector industrial en el motor de las producciones globales en los países avanzados. Se alcanzaba así la llamada tercera Revolución Industrial, en la que recursos como la producción en serie, la cibernética y la automatización desempeñaron un papel determinante.

Modernamente, sin embargo, factores tales como el desequilibrio entre países tecnológicamente avanzados y países subdesarrollados, o el deterioro ambiental que el aumento de la industria conlleva, hacen que se registre una tendencia al equilibrio, sin renuncia al constante avance en la investigación de nuevos medios de producción, organización y distribución del trabajo en el sector industrial.

Organización industrial
En los sistemas económicos capitalistas, la producción industrial se orienta a través del mercado, por relacionarse la demanda de un determinado bien con lo que los consumidores están dispuestos a pagar por adquirirlo. La competencia con otras empresas y fábricas obliga a reducir los costos de producción para mantener los beneficios, de manera que puedan rentabilizarse las grandes inversiones de capital necesarias para la industrialización.

Por el contrario, en las economías de carácter marxista la producción industrial se denomina planificada, por lo que las industrias siguen directrices políticas a la hora de fijar su producción. En ambos casos se pone de manifiesto la ley económica de los rendimientos crecientes con la escala, según la cual, el beneficio obtenido por unidad producida será tanto mayor cuanto más numerosa sea la producción, lo que explica la rentabilidad de la fabricación en grandes series de un número reducido de modelos industriales, con el mayor porcentaje posible de piezas intercambiables entre sí.

En el proceso de industrialización cabe la consideración de una secuencia de etapas integrada por diversos pasos. La primera y más rudimentaria es la división y especialización del trabajo, con la realización por cada empleado de pocas tareas, e incluso una sola actividad de modo sistemático a lo largo de toda la jornada laboral.

Una segunda fase comprende la mecanización del trabajo, en el que las herramientas son sustituidas por máquinas dispuestas a lo largo de una cadena de montaje por la que el artículo pasa sucesivamente mientras se ensambla y se le incorporan accesorios, pintura, envoltorios, etc., hasta acabar embalado y dispuesto para ser distribuido a los puntos de venta. En un tercer estado se procede a la electrificación de la cadena de montaje y las distintas operaciones, lo que revierte en una mayor rapidez y precisión en la fabricación.

El paso siguiente, y que no resulta sencillo en la mayoría de las actividades industriales, es la automatización del proceso, que reduce la mano de obra necesaria y consigue, además de rapidez y precisión, continuidad de la producción durante el mayor tiempo posible. En este contexto se sitúa el elemento fundamental en esta etapa, el robot industrial, conjunto de mecanismos capaz de repetir con exactitud una o diversas acciones y que modernamente ha experimentado un notable desarrollo en la producción industrial.

Una fase subsiguiente es la optimización del proceso, cuyo objetivo es el aprovechamiento al máximo de los recursos materiales y humanos de la fábrica. Para su consecución, es necesario controlar el funcionamiento de todas las máquinas en activación simultánea, así como reducir al mínimo las reservas almacenadas y la energía consumida. Las industrias que producen en niveles próximos al óptimo requieren plantillas muy reducidas y su trabajo, en ocasiones, se limita prácticamente a la vigilancia y supervisión.

Ciencia e invención en las primeras fases de la Revolución industrial
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Por otra parte, cada vez es menor el número de industrias que fabrican la totalidad de un producto de manera independiente a partir de las materias primas. Por lo general, en la fabricación de la mayoría de los artículos intervienen varias empresas que aportan, cada una, diferentes partes del producto ensamblado.

Ordenación y tipos de industrias
Los procesos industriales pueden obedecer a las más diversas pautas, por lo que también se hallan muy diversificadas las industrias que los realizan.

La primera distinción que cabe establecer entre los procesos industriales es su ritmo. A tal respecto, los procesos pueden ser continuos, como el refinado del petróleo o el ensamblaje en una cadena de montaje, o discontinuos, como la producción de fármacos, la preparación de alimentos precocinados, etc. Por otra parte, la fábrica puede organizar su producción según las previsiones de ventas de su departamento comercial, o bien operar según una cartera de pedidos y encargos que satisfacer, solicitados antes de comenzar la fabricación.

En líneas generales, la transformación industrial parte de unas materias primas aportadas por la agricultura o la minería, siendo las industrias básicas las que obtienen los productos intermedios, que son adquiridos en grandes cantidades por las industrias manufactureras que los transforman en artículos de consumo.

Por ello, la producción energética es el primer paso para poder llevar a cabo tal transformación. La energía es en la gran mayoría de los modernos procesos industriales de naturaleza eléctrica y las centrales que la proporcionan pueden ser térmicas —alimentadas por carbón o derivados del petróleo—, hidráulicas, nucleares o basadas en alternativas como la energía eólica, aportada por la fuerza del viento, o la obtenida de los rayos solares.

Las industrias de base principales son la minera o extractiva, la química y la metalúrgica o pesada. El resto de las actividades industriales suele calificarse de industria ligera o de consumo, aunque cabe aún la consideración de otra diferenciación basada en el destino del producto. Si se trata de máquinas, herramientas o medios de transporte industrial, la industria se dedica a la fabricación de bienes de equipo no encauzados al consumo humano directo, sino a producir otros bienes. En otro contexto se ubican las múltiples ramas de la industria del transporte. Se distinguen entre ellas la construcción naval y ferroviaria, la automovilística, la aeronáutica y la de maquinaria agrícola y conservera.

Las industrias de consumo son las más numerosas y variadas. Comprenden la fabricación de artículos como los alimenticios, los muebles, los productos textiles, los impresos, la llamada línea blanca o de bienes electrodomésticos, y los productos electrónicos.

La demanda final de bienes no es completamente previsible, por lo que, en la mayoría de los casos, las industrias no pueden planificar su producción óptima. Sin embargo, los comportamientos del mercado experimentan variaciones cíclicas, especialmente en el consumo de determinados productos, como los juguetes y artículos navideños, la ropa de temporada, etc.

En cuanto a la conservación, el almacenamiento de las mercancías producidas debe reducirse tanto como sea posible para evitar su deterioro y extravío, especialmente cuando se trate de productos de alto valor o bienes perecederos. Como contrapartida es, sin embargo, más rentable mantener la maquinaria en funcionamiento permanente para aprovechar mejor los recursos industriales. Por todo ello, resulta evidente que el ritmo de producción es una de las decisiones más importantes que ha de tomarse para regular la fabricación de cualquier artículo procesado industrialmente.

Tipos de industrias
Según su posición en el sistema productivo
La posición en la que se encuentre la industria en el proceso productivo general, podemos distinguir entre:

a)Industrias de Base: Son aquellas que inician el proceso productivo, transformando materia prima en productos semielaborados que utilizan otras industrias para su transformación final. Por ejemplo la Siderurgia, que transforma el mineral de hierro en acero, que será utilizado por otras industrias en la fabricación de bienes de consumo o equipo.

b)Industrias de bienes de equipo: Son aquellas que se dedican a transformar los productos semielaborados en equipos productivos para equipar las industrias, esto es fabricación de maquinaria, equipos electrónicos, etc.

c)Industrias de bienes de consumo: Son aquellas que fabrican bienes destinados al uso directo por parte del consumidor (textiles, productos farmacéuticos, electrodomésticos, etc.)

Según el peso de la materia prima
El tonelaje de las materias primas que utiliza en el proceso productivo:

a)Industria Pesada: trabajan con grandes cantidades de materia prima que convierten en productos semielaborados, por ejemplo la siderurgia, que transforma el mineral de hierro en láminas o bloques de hierro que serán usados en otras industrias para elaborar productos finales.

b)Industria Semiligera: trabajan con productos semielaborados, por lo que su peso es menor. Suelen ser las industrias de bienes de equipo, esto es la fabricación de maquinaria, automoción, u otras.

c)Industria Ligera: el peso de la materia prima con la que trabajan es reducido, facilitando así su transformación. No necesitan grandes instalaciones, y suelen estar localizadas próximas al mercado de destino. Entre este tipo de industria podemos clasificar las textiles, químicas, calzado, y en general todas aquellas que producen bienes de consumo.

Según el grado de desarrollo
El grado de desarrollo permite la siguiente clasificación:

a)Industrias punta: son aquellas industrias que están en plena expansión y crecimiento de su producción. Actualmente este tipo de industrias son las relacionadas con la informática, telecomunicaciones y electrónica en general.

b)Industrias maduras: son aquellas industrias que han llegado a su máximo desarrollo, habiéndose estancado su producción, debido principalmente al uso de tecnología anticuada. En el mundo desarrollado, este tipo de industrias suelen ser las pesadas, tales como las metalurgias, astilleros, etc.

Según el tamaño
Según su tamaño por el número de trabajadores que emplea:

a)Pequeña industria: son aquellas en las que trabajen hasta 50 empleados.

b)Mediana industria: son aquellas en las que trabajan entre 50 y 1000 empleados.

c)Gran industria: en estas trabajan más de 1000 obreros.

Principales industrias y sectores
Industria pesada: Utiliza fábricas enormes en las que se trabaja con grandes cantidades de materia prima y de energía.
Siderúrgicas’: Técnica del tratamiento del mineral de hierro para obtener diferentes tipos de éste o de sus aleaciones.
Metalúrgicas: Trabajan con otros metales diferentes al hierro ya sea cobre, aluminio, etc.
Cementeras: Fabrican cemento y hormigón a partir de las rocas industriales.
Química:Existen dos tipos de industria química: Industria química de base: utilizan materias primas básicas y elaboran productos intermedios que también pueden servir de materia prima para otras industrias; Industrias químicas de transformación: están destinadas al consumo directo de las personas, emplean productos elaborados por las industrias químicas de base. La química fina, comprende numerosas industrias especializadas (medicamentos, fertilizantes, plaguicidas, colorantes, etc..).
Petroquímicas: Elabora plásticos y combustibles.
Automotriz: Se encarga del diseño, desarrollo, fabricación, ensamblaje, comercialización, reparación y venta de automóviles.
Alimentación: Utiliza productos agrícolas, pesqueros y ganaderos para fabricar bebidas, conservas, etc.
Aeroespacial: se encarga del diseño y construcción de aeronaves; del equipamiento que requieren y del estudio para quienes las conducen.
Peletera: Se encarga de transformar pieles (incluyendo el cuero) en calzado, ropa, entre otros productos
Textil: Se encarga de fabricar tejidos y confecciona ropa a partir de fibras vegetales, como el lino y el algodón, y fibras animales como la lana y sintéticas como el nailon y el poliéster.
Farmacéutica: Dedicado a la fabricación, preparación y comercialización de productos químicos medicinales para el tratamiento y también la prevención de las enfermedades.
Armamentística: Comprende agencias comerciales y gubernamentales dedicadas a la investigación, desarrollo, producción, servicios e instalaciones militares y de defensa.
Industria punta:Es aquella que utiliza las tecnologías más avanzadas y recientes.
Robótica: El campo de la robótica industrial puede definirse como el estudio, diseño y uso de robots para la ejecución de procesos industriales.
Informática: Realizan labores de software para el desarrollo de soluciones integrales de cómputo y comunicaciones.
Astronáutica: El diseño de los ingenios espaciale, la investigación en sistemas de propulsión y aplicación de los propulsantes que posibiliten el despegue y la navegación de los aparatos espaciales, etc. La astronáutica, en combinación con la astronomía y la astrofísica, ha dado origen y potenciado a nuevas disciplinas científicas: astrodinámica, astrofotografía, telemetría espacial, astrogeofísica, astroquímica, astrometeorología, etc

Autor: Cambó


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Comentarios

Una respuesta a «Industria»

  1. Avatar de International
    International

    Las industrias del hilado y el tejido también evolucionaron. Los inventos se fueron sucediendo con rapidez. Entre ellos destaca el de Jacquard, que permitía obtener tejidos de seda y lana con dibujos combinados en diversos colores. La aplicación del vapor a los telares fue muy lenta, y a principios del siglo XX aún se empleaban telares manuales en grandes fábricas.

    En sus inicios, el mecanismo de hilar de las mule necesitaba de la proximidad de un curso de agua, pero el agua se pudo sustituir por vapor y entonces aquella exigencia dejó de ser imprescindible.

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