Sector Minero en los Años 90

Sector Minero o Industria Minera en los Años 90

España: Sector Minero o Industria Minera en los Años 90

Como en todos los países industrializados, en España se manifiesta una clara tendencia de crecimiento del sector servicios en detrimento de los sectores productivos. Pese a todo, en 1998, la minería supuso una cifra cercana al 1% del Producto Interior Bruto (PIB) nacional, y al 5% del PIB industrial; cerca de 700.000 españoles dependían en esa fecha de la minería.

Minería energética

En 1997, España era el tercer productor de carbón de Europa (26,44 Mt). El sector, en pleno proceso de reconversión auspiciado por la Unión Europea (UE)), estaba sujeto a un Plan de Modernización y Racionalización que, si bien suponía un aumento de los rendimientos productivos, implicaba también un recorte de las plantillas; entre otras tendencias en la producción, se constataba el aumento de la minería a cielo abierto en detrimento de la subterránea, que disminuía. Para el año 2005 estaba previsto el cese de las ayudas al sector y la entrada del mercado libre. Se habían cerrado ya algunas minas, como las del Berguedà (provincia de Barcelona, 1991); sin embargo, algunas empresas, como Hullera Vasco-Leonesa, realizaron entonces importantes inversiones (43.500 millones de peseta para su nueva mina).

La mayor parte de la producción se consumía en centrales térmicas, generalmente a pie de mina. La producción de hidrocarburos era escasa; a principios de la década de 1990 disminuyó drásticamente. Las reservas de petróleo menguaron, entre 1990 y 1996, en un 55 %, y las de gas, en un 88 %. Así mismo, se agotaron ya algunos yacimientos, como Tarraco (1986) o Amposta (1988), en el litoral tarraconense. La merma de la producción y de las reservas se basaba en que, desde la crisis del petróleo de la década de 1970, la investigación había sido muy exigua, debido al bajo precio de los crudos. En 1995 se produjeron 662.000 t de petróleo; en 1996, 513.000 t, y en 1997, 380.000 t, procedentes mayoritariamente de los yacimientos de la costa mediterránea: Casablanca, Rodaballo y Boquerón, pero también con una cierta producción en Ayoluengo (provincia de Burgos).

En cuanto al gas natural, extraído en el valle del Guadalquivir, se obtuvieron 422 hm3 en 1995; 466 hm3 en 1996 y 178 hm3 en 1997. En la minería del uranio se mantenían las minas de la zona de Saelices el Chico-Carpio de Azaba (provincia de Salamanca), de la empresa nacional Enusa; en la década de 1980 se cerraron las minas de La Haba, próximas a Don Benito (provincia de Badajoz). La producción de U3O8 fue 350 t en 1997, siendo la demanda media anual de 1.400 t.

Minería metálica

Aunque el consumo mundial de metales ha crecido paulatinamente, hay que tener presente que cada vez es mayor la recuperación de chatarras y el porcentaje de reciclaje de los residuos metálicos, más elevado. El consumo de acero se había estabilizado, incrementándose, por el contrario, los consumos de hierro, aluminio, cobre y, en menor medida, de cinc; en el consumo de plomo, en cambio, se constataba una tendencia al descenso. En 1997 se cerró una de las últimas grandes explotaciones de hierro españolas: las Minas de Alquife, en el Marquesado del Cenete (provincia de Granada). Con anterioridad, en 1993, había cesado también en su actividad Agruminsa, que trabajaba en los criaderos de Vizcaya. En 1998 restaba sólo la sociedad estatal Presur, en la provincia de Badajoz, que, frente a 1.000.000 t extraídas en 1994 (4.372.324 t en 1980), realizó una exigua producción de 58.000 t en 1997. Existían también algunas pequeñas minas de hematites micáceo para producir purpurina en la sierra de los Filabres (provincias de Granada y Almería).

En 1998, España continuaba siendo el primer productor mundial de mercurio y dominaba el mercado gracias a los acuerdos con otros países productores. En 1996 se agotó la mina a cielo abierto de El Entredicho y, posteriormente, ha cesado la producción en Las Cuevas; existía, no obstante, un importante stock y reservas: en 1994 se produjeron 3.921 t; en 1995, la producción ascendió a 1.501 t.; en 1996 alcanzó las 861 t, bajando la cifra hasta las 389 t en 1997. Gracias a la explotación de menas oxidadas en la Faja Piritica Ibérica (Río Tinto, Tharsis, Sotiel Coronada, etc.), España produjo, en el periodo de 1990 a 1994, el 54 % del oro de la Unión Europea (UE). Esta producción cayó ya a finales de la década de 1990 por el agotamiento de los yacimientos clásicos; la apertura de la planta de Río Narcea Gold Mines en Asturias, para el aprovechamiento de los minerales de las minas de Boinás y El Valle, levantó de nuevo la producción. En 1995 se extrajeron 3.252 kg; en 1996, 2.763 kg, y en 1997,1.824 kg. Los precios del oro habían seguido una evolución descendente, desde que, en 1980, alcanzara la cotización más alta (850 dólares/onza; 250 dólares onza en verano de 1999), lo que dio lugar al cierre de algunas minas.

La plata aparece, junto con el oro, en las monteras ferruginosas (gossans) de criaderos metálicos, aunque, en ocasiones, se asocia también a la galena en filones de sulfuros. La producción de 1997 fue de 66 t (103 t en 1996). El plomo y el zinc proceden de la explotación de blendas y galenas (paragénesis BCPG); desde finales de la década de 1980 se cerraron numerosas minas, como consecuencia de las penalizaciones y restricciones que su consumo ha sufrido por su carácter tóxico: La Cruz, última explotación en la cuenca de Linares (provincia de Jaén); Corta Emilia, en la sierra de Cartagena (región de Murcia), Rubiales (provincia de León) y La Troya (Guipúzcoa). Sólo Reocín (Cantabria) y la Faja Piritica (provincias de Sevilla y Huelva) continuaban su producción. La producción de plomo en 1997 fue de 23 kt, mientras que la de zinc ascendió a 147 kt.

En cuanto al cobre, tras el cierre de la mina de Arinteiro (provincia de A Coruña), sólo restaba la producción de la Faja Piritica, con yacimientos clásicos como los de Río Tinto o Aznalcóllar (la impactante rotura de la balsa de estériles originó un grave problema de contaminación en 1998). La producción de cobre en España fue de 38,3 kt en 1997.

Las piritas constituyen otro clásico de la minería española, que alcanzó su punto álgido en la década de 1970 (1.275 tm de azufre contenido por 1.000); tras un periodo de retroceso, su producción se recuperó a mediados de la década de 1990 (342 tm, 1994; 875 tm, 1995; 1.042 tm, 1996; 993 tm, 1997). Por lo que respecta a otros metales, merece destacarse el descubrimiento, a finales de la década de 1990, del yacimiento de Aguas-Blancas (Cu-Ni), en la provincia de Badajoz, y el cierre, en la década de 1980, de la última explotación de wolframio, localizada en Penouta (provincia de Ourense).

Minería no metálica

España ha sido siempre una gran productora de rocas y minerales industriales, destacando entre éstos los yesos, rocas ornamentales y arcillas, aunque también es notable la extracción de sulfato sódico, sulfato de estroncio, áridos de construcción, cuarzo, feldespatos, diatomitas, puzolanas, magnesitas, fluorita, micas, sal común, potasas, carbonato cálcico, margas, aguas minerales, etc. En la Península Ibérica se produjo, en la década de 1990, un 7 % del yeso mundial, exportándose bastante, pese al bajo precio del producto con destino a la construcción (algo mayor es el precio del yeso laminado). Iberyeso (del grupo BPB) y Yesos Ibéricos (del grupo Uralita-Lafargue) encabezaban la producción; sin embargo, se ha de señalar la existencia de un gran número de pequeños productores diseminados por las cuencas yeseras del sur y este peninsular.

En relación con las rocas ornamentales, España producía entonces algo más del 10 % a nivel mundial y encabezaba la producción de pizarras para techar (en 1998, representaba el 90 % de la producción mundial), ocupando el segundo puesto en granitos y en mármoles, por detrás de China e Italia, respectivamente. En 1998, el número de canteras ascendía a 1.100 y el de empresas transformadoras a 3.000, siendo la facturación anual del sector superior a las 300.000 millones de pesetas y el saldo en exportaciones/importaciones positivo (80.661 millones de pta en 1998). Casi toda la producción pizarrera (90 %) procedía de la zona de Ourense-León y se destina en su mayor parte a la exportación. Los granitos se producían, principalmente, en Galicia, Extremadura y la Comunidad de Madrid, en el denominado Macizo Hespérico, y los mármoles concentraban sus mayores producciones en el Levante y sur peninsular, concretamente en Alicante, Murcia y Almería. También se producía alabastro (yeso ornamental) en Aragón y Navarra, casi todo con destino a Italia. Se trata de un sector íntimamente ligado al de la construcción, que ha experimentado un importante desarrollo a partir de la década de 1990. Otras producciones destacables son las arcillas: en 1998 España era el primer productor mundial de sepiolitas, utilizadas como absorbentes (mina de Tolsa, en Vicálvaro, Madrid); el caolín, con importantes yacimientos en la Cordillera Ibérica, destacando en su producción Minas de Gádor, vendida a la empresa alemana Süd Chemie.

En 1998, España generaba también el 100 % del sulfato sódico de la Unión Europea (UE), con las minas de la zona de Cerezo de Río Tirón (provincia de Burgos), y el 98 % del sulfato de estroncio, a partir de las celestinas extraídas en minas en la provincia de Granada. En 1997 se inauguraron dos plantas de carbonato cálcico de gran capacidad en la provincia de Almería, donde cabe reseñar, así mismo, el aprovechamiento de granates (único en Europa) por Garnetkao, S.L. (1996), y la explotación de barita “negra” por Minersa (con una producción media de 100.000 tm/año). En 1998 se inauguró también la planta de concentración de feldespatos de Acehuche, en Cáceres (1998). Merece destacarse, por último, el sector de las aguas naturales, con un gran volumen de ventas (76.000 millones de pta en 1994), siendo Cataluña la región con mayor número de empresas.

Las condiciones de seguridad e higiene en las minas han mejorado notablemente en los últimos tiempos. Pese a todo, se trata de un sector que continúa teniendo mala imagen, porque cualquier accidente tiene amplio eco en los medios de comunicación. La minería, sin embargo, es un sector básico para producir las materias energéticas, materiales de construcción, metales y otras sustancias necesarias para buena parte de la industria.

Debido a la crisis de la minería metálica y del carbón, algunas cuencas históricas han cesado total o parcialmente en su actividad industrial tradicional. En un intento de reactivar dichas zonas y para preservar la memoria histórica, han surgido numerosos proyectos e iniciativas conservacionistas, que han dado lugar a la creación de lugares como el Parque Minero de Río Tinto (1993), el Museo de la Minería y de la Industria de Asturias (en El Entrego, 1996), el Museo de la Minería de Cataluña (en Sant Corneli, 1999), etc., y a la rehabilitación de algunas minas para el turismo; tal es el caso de Cardona, en la provincia de Barcelona (1998). En este mismo sentido, cabe señalar el nacimiento de sociedades conservacionistas mineras, como la Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero (1995), que agrupa a la mayor parte de estas entidades.

Fuente: [O.P.R.]


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